jueves, 10 de septiembre de 2009


0 . Introducción, 8 de Septiembre. Los dos Sistemas

El curso de proyectos II y III que ahora comienza, correspondiente al primer cuatrimestre del curso académico 2009-2010, propone como objetivo el conocimiento y la práctica de los dos principales sistemas de proyecto vigentes desde la segunda mitad del siglo XX. Este interés por contrastar ambos sistemas ya ha sido dado a conocer en la presentación del curso ante el Departamento de Proyectos. Como trabajo de taller, propone dos ejercicios para ejercitar cada sistema y aprender sus diferencias.
El primer ejercicio trabajará con el sistema de la Modernidad, mientras que el segundo lo hará con el de la Postmodernidad, entendida esta última no como una tendencia de los 70 o un estilo posterior al movimiento moderno, sino como una revisión profunda y a veces radical de las categorías de la modernidad planteadas entre 1920 y 1940 y establecidas como sistema desde la Segunda Guerra Mundial hasta finales de los 60.
Para familiarizarnos con lo que llamamos sistema moderno, que nace en virtud de los cambios técnicos, sociales y culturales ligados a la revolución industrial y que se muestra en su origen como alternativa al de las tendencias eclécticas del siglo XIX, lo pondremos en los términos canónicos de Vitruvio 20: Utilitas, Firmitas y Venustas.
- Utilitas, la utilidad, se presenta en la modernidad como una exigencia ética. Para el arquitecto supone la posibilidad y la responsabilidad de volver a proyectar el programa del edificio desde los principios modernos de economía, higiene, libertad y comodidad.
- Firmitas, la buena construcción, que para los clásicos se traducía en la pretensión de durar en el tiempo, para los modernos implica proyectar una construcción racional, regular, medida y lo menos artesanal posible, lo que acerca la construcción a la técnica industrial .
- Venustas, la belleza, es algo de difícil interpretación para los modernos, que no aceptan de buen grado el término “belleza” (como harán posteriormente los postmodernos). Para los modernos la belleza consiste en proyectar con un nuevo sistema formal universal basado en la abstracción, la articulación y las relaciones dimensionales del neoplasticismo.
Esta versión de los tres términos antiguos, ahora reinterpretados y vigentes en el proyecto moderno, conduce a un proyecto coherente en sí mismo y legitimado ante la sociedad a la cual se ofrece. Estos dos conceptos también deben explicarse para orientar debidamente el trabajo de curso: La coherencia interna o consistencia del proyecto moderno significa que cada decisión (de programa, construcción o forma) puede justificarse coherentemente desde los tres términos del sistema, de modo que la construcción racional conduce a la belleza abstracta y a la claridad del programa de uso, y viceversa. La prueba de una elección acertada en uno de los tres términos reside en que contribuya a reforzar a los otros dos. Y aún más, la coherencia interna significa que el proyecto gráfico, el trabajo de maqueta o el simple dibujo tentativo intentarán ser libres, abiertos, económicos, racionales y abstractos. Es verdad que los tres términos, llevados a su extremo, dieron en su día lugar a lo que se llamó arquitectura funcional o estética de la máquina, pero lo que marca el proyecto moderno es la gran coherencia de sus decisiones y de sus medios.
La legitimación del proyecto ante la sociedad significa que acepta los ideales o valores de su época, que para la modernidad son ética social, técnica universal, estética del nuevo siglo. La arquitectura alude a los valores intentando expresar lo articulado, lo igualitario, lo industrial, lo racional, lo transparente y lo luminoso en sus tres términos.
Cuando estos valores de la Modernidad desaparezcan, sustituidos por los de la Postmodernidad, la interpretación de utilitas, firmitas y venustas cambiará y desaparecerá la exigencia de una coherencia entre programa, construcción y forma tan propia de los modernos. La legitimación de la arquitectura en la sociedad de final de siglo también cambiará su base crítica; pero de esto nos ocuparemos en el segundo ejercicio.


00. Presentación, 7 de Septiembre. Un curso para El Diálogo de los dos Sistemas
A partir de la experiencia reciente de cátedra entre los primeros y los últimos niveles de Proyectos, contrastada con la de los tribunales de Fin de Carrera, se plantea un curso sobre las bases del proyecto escolar. Es un curso de otoño para el nivel iniciático, que debe tener una segunda parte en la primavera de 2010 (P1, P2 y P3). La idea central que arma el curso es el contraste de dos formas de proyectar que se perciben cada vez más como divergentes, si bien se mezclan en los trabajos de curso y de PFC de la Escuela de Madrid. Se trata de las maneras moderna y posmoderna, que parecen atender a credos y técnicas semejantes, pero que en la práctica usan tácticas bien distintas y orientan el proyecto desde valores muy diferentes .
La proverbial definición de Arquitectura de Vitrubio como una tríada se puede considerar vigente, pero ambas maneras la interpretan en sentidos divergentes y a menudo opuestos. Para Vitrubio, la venustas de la arquitectura era solidaria con utilitas y firmitas. La unidad de esta tríada se tradujo en el tiempo de los modernos por la coherencia de su nuevo sistema formal, consolidado entre 1920 y 1950 y supuestamente aún vigente hoy, con la construcción técnica y la crítica social del programa. La posmodernidad, en cambio, traduce la tríada vitrubiana como un sistema cuya forma se apoya en el uso a priori de la tecnología y en los códigos de comunicación. La legitimación de la versión moderna de la tríada moderna es ética y se basa en certezas; la de la versión posmoderna es pragmática y su base aleatoria. Los métodos de proyectar, de dibujar y de pensar de la primera son cartesianos y la imaginación abstracta se somete a la razón; los de la segunda son publicitarios y se confían a las posibilidades de la cibernética.
Para esta doble experiencia, el curso propondrá como ejercicios dos proyectos de edificios de programa sencillo que permitan comparar los dos sistemas, su diferente punto de partida, sus distintos útiles de proyecto y su desigual propósito. Un edificio será de contenido utilitario, como una villa, y el otro de función abstracta, como una capilla. Ambos son buenos ejemplos de la evolución sufrida en la interpretación de la tríada vitrubiana. El lema de este curso juega con el título del famoso Diálogo de los dos grandes Sistemas de Galileo en el centenario (1609) de su telescopio. para este curso.


DIARIO de PROYECTOS ARQUITECTÓNICOS II y III

Otoño de 2009
Profesores:
Justo F. Isasi, Catedrático
Alberto Pieltáin, Titular interino
Diego García Setién, Asociado
Jesús Donaire, Asociado




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