jueves, 8 de octubre de 2009



6. lección del 5 de octubre. El principio de articulación espacial del sistema moderno.
Contraposición con el sistema clásico de simetría jerárquica


La reflexión del curso de proyectos sobre la tríada vitrubiana moderna, en términos de programa, construcción y sistema formal, nos ha llevado a trabajar con la composición modular de las plantas, como una trama bidimensional abierta sobre la que se organizan los espacios de habitación y los vacíos que los articulan entre sí y con el exterior. Como ya se ha indicado, el proyecto que piensa el programa sobre esa trama abierta se opone claramente a la práctica de proyectar juntando piezas cerradas dentro de figuras cerradas, sumando áreas limitadas, que es impermeable a la modernidad y procede más bien de una torpe interpretación funcional de los tipos anteriores del clasicismo.
También hemos visto cómo la trama bidimensional abierta proporciona la base para pensar la estructura de la construcción, de tal modo que las líneas virtuales de la trama dan lugar a vigas, pórticos, paredes y cerramientos. Estos elementos que construyen la casa se ajustan, por un lado, a la dimensión de las habitaciones, y por otro, a las luces y escuadrías aconsejados por el cálculo de su resistencia y la mecánica de su puesta en obra. Queda pues explicado el mecanismo de proyecto que articula la distribución de espacios con la construcción industrial: la trama bidimensional abierta, no encerrada, que se extiende por el plano hasta el exterior del edificio. Es útil comparar el trabajo en planta con el sistema de Mondrian.

Hasta aquí puede decirse que la composición bidimensional se acomoda al sistema formal del neoplasticismo: ahora la cuestión es estudiar ese mismo sistema formal en el proyecto de la sección vertical, para extender la composición abstracta y articulada a la tercera dimensión. Para practicar con el sistema formal completo de los modernos lo hacemos con la fórmula que usan las CSH y que es bien sencilla; incluso las casas de una sola planta la observan fielmente.
Se trata de proyectar sobre la trama abierta los espacios interiores y exteriores (cerrados o abiertos), la estructura resistente y los cerramientos opacos o transparentes, sin que coincidan en sus límites ni en sus dimensiones; sólo en su modulación. Y al mismo tiempo, el proyecto de sección deja libre a la cubierta (con sus variantes de semicubierta, vuelo, pérgola, etc.) para que se mueva con libertad sobre la estructura y sobre los cerramientos. Dicho de otro modo: los cerramientos no se ciñen a la estructura, los pavimentos los limitan los cerramientos, la cubierta cubre o descubre los espacios interiores y exteriores y no queda necesariamente ceñida por la estructura. En un caso extremo el proyecto puede hacer coincidir casi todo, como en la casa Eames, pero el procedimiento es enormemente libre, como en las casas de Neutra. La extraordinaria consistencia de la composición reside en el complejo orden tridimensional de los planos de estructura, cerramiento, pavimento, cubierta y muebles.
Esta característica manera moderna de entender el proyecto puede entenderse como un principio arquitectónico, el principio de articulación. Viene a ser una ley que ordena el proyecto de espacios habitables, el de estructura o cerramientos y la configuración de la fachada mediante una articulación regular, asimétrica y equilibrada de sus componentes en tres dimensiones. El sistema formal articulado del neoplasticismo se aplica no sólo a la forma del edificio, sino a la forma de la estructura y a la forma en que se relacionan los espacios de uso. Por eso el proyecto moderno es radicalmente plástico (en el sentido de artes plásticas, es decir, modeladas), y que su coherencia se extiende a la estética de los planos. Es bastante obvio que este principio de articulación formal de los modernos se opone a otro anterior y clásico del que rechaza sus relaciones de simetría, jerarquía o yuxtaposición, sustituidas por relaciones de equilibrio asimétrico, de paridad desigual y de interpenetración o fluidez, donde cada espacio se continúa en los demás física o visualmente. Un conocido ejemplo de esta oposición: el del proyecto de la Sociedad de Naciones de LC y el de Nenot/Flegenheimer que acabó construyéndose en Ginebra. Uno paralelo y útil en nuestro caso, el de nuestra Facultad de Medicina (que retoma el modelo de Nenot) frente a las Naciones Unidas de Nueva York. En la Ciudad Universitaria las formas están definidas por una manera de componer clásica y jerarquizada que parte de una planta simétrica y se preocupa más del alzado, todavía modelado como un palacio clásico, que de la sección. En el edificio de la ONU, el proyecto asume un conjunto de partes del programa que asumen la forma que les es más adecuada, de manera que el cuerpo horizontal y ancho de la Asamblea se contrapone y se articula con el vertical y estrecho del Secretariado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario